Alice Hoffmann «Me encanta el arte nativo y me inspiran los dibujos de mis hijos»
Nombre y breve descripción de tu trabajo-profesión
Soy Alice Hoffmann alias Bureau Alice, illustradora y directora de arte.
Por qué y cómo empezaste.
En cuanto pude coger un lápiz de pequeño, me dediqué a dibujar. Siempre me interesaron los colores y las formas, y a los 14 años supe que un día trabajaría como director de arte en una agencia. Y así es como ocurrió. Y la dirección artística me llevó a la ilustración.
Cómo describirías tu sello personal.
Minimalista, independiente, gráfico, ruidoso, colorido e ingenuo.
Qué crees que aporta el arte en general, contando con tu trabajo en particular dentro de él, a la sociedad.
El arte enriquece, fascina, despierta, inspira y está presente siempre y en todas partes. El arte influye en el estado de ánimo de las personas, siempre está cambiando y nunca es aburrido. Quiero conmover con mi trabajo, dar al espectador una sensación buena y honesta. Aquí, en Zúrich, los inviernos son largos y pueden ser muy grises, por lo que toda mancha de color es buena para la vista y el alma…
Algún proyecto que te gustaría haber alcanzado en un futuro-hacia dónde enfocas tu trabajo.
Tengo la suerte de poder vivir de lo que me hace feliz: la ilustración. Espero que siga así. Pero si pudiera elegir un proyecto, sería un mural o el diseño de un envase emocionante.
Algo de lo que hayas aprendido y con lo que podríais aconsejar a otros artistas
Un proverbio alemán dice: También hierven sólo con agua. A menudo lo proyecto en mi trabajo, en mi entorno laboral y en las exigencias que se me plantean. Puedes hacer y conseguir cualquier cosa si crees en ti mismo y en tu trabajo.
¿Crees que el arte debe ser provocador?
No necesariamente, sólo si hay razones para hacerlo. La provocación deliberada no funciona tan bien como la provocación que se desarrolla a partir de una situación y argumenta con sentido.
-¿Aprendes más de otros artistas o saliendo a la calle y estando en contacto con el “mundo real”?
Siempre me inspiro en el mundo real. Me gusta hojear libros, recorrer museos y exposiciones, me encanta el arte nativo y me inspiran los dibujos de mis hijos. Necesito lo háptico, lo tridimensional.

¿Cuánto de metódica y cuánto de improvisación tienen tus trabajos?
Uno pasa por el otro. Durante el proceso metodológico, a menudo surgen nuevas formas y combinaciones que utilizo para otros proyectos. Ambos van de la mano.
¿Otra profesión qué te hubiese gustado tener?
Siempre me ha fascinado volar. Ver el mundo desde arriba. Así que me convertiría en piloto, o incluso mejor: en piloto de helicóptero.