Si piensas que a estas alturas y después de 4 años de carrera vamos a descubrir algo nuevo de Rosalía, desde ya te digo que te has equivocado de artículo. Con esto, no pretendo que utilices el dedo mágico y cómo con la pepita del Chips Ahoy! te cargues de un plumazo mi trabajo, porque igual lo que te cuento hoy de ella te puede interesar.
De reina del mercadillo al postureo máximo: LA ROSALíA
Ya en 2017 y de la mano de nuestra querida Sofía Soler, descubríamos en Kluid Magazine a una joven e inocente cantante que gracias a su mezcla de estilos nos conquistaba con la candidez propia de alguien que no sabe lo que se le viene encima. Esa era ella, Rosalía Vila Tobella. Había nacido 24 años antes en Sant Esteve de Sesrovires, provincia de Barcelona. Y justamente ahí, en aquella entrevista quedaba la niña idealista, luchadora y visionaria que se convertiría poco después en ella: LA ROSALíA. Uno de los iconos de moda más importantes DC (después de Cristo).
Así que como podéis comprobar, a todos y todas aquellos y aquellas que no habéis decidido abandonarme, os voy a hacer un resumen de cuales han sido las claves que han arrastrado a la diva catalana, de ser la musa del low cost a vestirse con grandes firmas de lujo. O lo que es lo mismo en nuestra jerga; mutar de carne de cañón de mercadillo a reina del postureo máximo. Pues eso, que os lo voy a contar.
Desde esa supuesta pérdida de candidez que reflejábamos en la entrevista que antes os comentaba (y a la que ya no aludo mas porque si no la Sofi se me viene muy arriba), hasta llegar a este momento en el que la Diva descansa plácidamente sus posaderas en un casoplón de Miami. Han pasado apenas 3 años. O lo que es lo mismo, desde que en 2018 publicara su segundo disco ‘El mal querer’ y explotara como fenómeno versátil e icono de moda. Durante este tiempo, también ha experimentado una evolución personal no solo en su música, en la que ha pasado del flamenco puro en sus orígenes a la combinación con los ritmos urbanos. Sino también en su propio estilo a la hora de vestir, o todo hay que decirlo, de quienes la visten. Pero fuera de polemizar sobre cómo se forjan los mitos estéticos a golpe de equipazo, vamos a descubrir cuáles son las tendencias que hemos aprendido con ella y que en ocasiones, a más de una le habrán dado algún quebradero de cabeza.
Rosalía se ha caracterizado casi siempre por lucir ropa deportiva con ciertos detalles especiales. Ejemplo de ello era el exceso de volúmenes y volantes, la magia del brilli brilli, o los tejidos técnicos y el terciopelo entre otros. Y por supuesto, que no se nos olvide, siempre calzada con unas gruesas ‘sneakers’. Podríamos entonces afirmar que estas pautas estéticas causaron furor en su momento y que aún arrastramos ese estilo denominado athleisure en la vida cotidiana. Cuando ir en chándal ya no es algo que esté mal visto. Pero en el caso de Rosalía, ya sabéis, todo siempre con un punto de exageración y excentricidad. Cierto es, que esta forma de vestir caló entre sus fans, y provocó que la felpa y el poliéster para la parte inferior y las sudaderas ‘crop’ se convirtieran en el uniforme de muchas jóvenes (y no tan jóvenes, que se ve cada cosa que es para fliparlo). Pero el gran salto internacional hizo que cambiara la moda ‘perruning class’ o ‘made in mercadillo’ por las grandes firmas del lujo como los Versace´s, los Moschino´s o los Burberry´s entre otros.
Y es que atrás queda la imagen de aquella jovencísima cantante que se convirtió en el mejor reclamo de pequeñas firmas nacionales y diseñadores emergentes que buscaban hacerse un hueco en el mercado. En sus primeros conciertos, empezó vistiendo de Dominnico o más recientemente de María Simun. También era habitual verla embutida en prendas de María Escoté, Palomo Spain o Juan Vidal. Quiero recordar que este ultimo la vistió en los Goya de 2019, siendo una de las últimas ocasiones que llevase ropa ‘Made in Spain’ en un gran evento. Muy mal nena, muy mal.
Ahora lo común, es verla en sus videoclips y actuaciones con prendas de firmas como Versace o Moschino. Si bien hay que matizar, que los chándales siguen siendo imprescindibles en su guardarropa, eso sí, con el emblema de Louis Vuitton. Obra de la diseñadora Etai Drori, un artista que customiza prendas con logos de firmas de lujo y que trabaja solo por encargo (y no os penséis que customizar es sinónimo de barato, que no). Tops de Fendi, camisetas de Prada, conjuntos de Versace o zapatillas como las famosas Balenciaga, componen el resto de su acaudalado estilismo, ósea, todo un derroche de postureo del lujo extranjero. Es por ello que conscientes de su poder mediático, las grandes firmas no han dudado ni un segundo en contar con ella para ganar visibilidad y acceder a un público más joven. Saint Laurent por ejemplo, la convirtió en embajadora para su línea de maquillaje. Pero la más importante, es la que mantiene con Burberry con cuyo director creativo, Riccardo Tisci, ha entablado una entrañable amistad que durará… lo que le ha durado con Kylie Jenner (la pequeña de las Kardashian), amistad de la buena, sí señor.
Dicho todo esto y sin ánimo de seguir haciendo un repaso emocional de nuestra protagonista, vamos a centrarnos en enumerar para el recuerdo cuáles han sido sus aportaciones al mundo de la moda y entre las que destacamos: Las gafas mini, la fiebre por la logomanía XXL, la uniceja, el “Grillz”, los pantalones de pescador, la estética obrera, el estilo andaluz revisitado, las joyas sin control, las lentillas de colores, los coleteros de la infancia o los estampados de los 80s. Y todo esto, antes de que se nos desinfle como icono del arte apropiado y retorne al mercadillo dominguero de San Esteve Ses Rovires, donde ya sabéis… ¡A euro, a euro!.
De reina del mercadillo al postureo máximo: LA ROSALíA
Es más que evidente que nada se le resiste a la artista. Y permitidme que para finalizar, le hable a ella, a Rosalia; Me parece fantástico que vivas e caballo entre New York, Miami y Los Ángeles, que seas la primera española portada de la versión americana de Vogue y fotografiada por Annie Leibovitz (ahí lo llevas Paz Vega, con la de años que llevas allí), lo de los Versace´s, los Prada´s, los Gucci´s y hasta que en un momento determinado retornaras a tu orígenes mercadilleros…, pero solo te voy a pedir un favor nena. Nunca te olvides de la moda española.