El futuro de los desfiles de moda

En los últimos años, las marcas de moda y los diseñadores han tenido que responder a cuestiones que la industria demandaba desde hacía tiempo. ¿Cómo de sostenibles son los desfiles de moda?, ¿son necesarios?, y sobre todo, ¿nos estamos estancando en antiguos formatos? El futuro es claro, adaptarse o morir.

El futuro de los desfiles de moda

El pasado 6 de octubre, nos despedíamos de la semana de la moda de París en un año cuanto menos, complicado. La pandemia del COVID 19 ha dado mucho de qué hablar en estos meses, y las principales marcas de moda han tenido que hacer frente a situaciones que llevaba arrastrando desde hacía tiempo. Las consultoras de moda y los medios de comunicación, llevaban avisando mucho tiempo de que el calendario de la moda se estaba viendo sobrecargado por la cantidad de colecciones que se producen anualmente. Así, creadores como Dries Van Noten, reclamaban un cambio en la industria, ajuste en las colecciones y en las campañas de venta. »Es una oportunidad para nuestros negocios, para hacerlos más sostenibles, ambiental y socialmente», decía el belga.

Por lo tanto, si se limitan las campañas y las colecciones, también se limitan las herramientas de marketing utilizadas en las estrategias. Y parece ser que las empresas se resistían a limitar o transformar su medio de comunicación más efectivo, los desfiles. Sin embargo, debido a la pandemia y a las medidas de seguridad que esta exige, los creativos de marketing de las casas de moda, han visto en esta situación una oportunidad para reinventarse y buscar perspectivas diferentes a los fashion shows tradicionales. Han sorprendido en esta temporada, desfiles que han sido manifestación de verdaderos statements narrativos adaptados a la nueva normalidad. Nuevos formatos que impactan, y que nos recuerdan a la edad dorada de la semana de la moda, cuando Alexander McQueen y John Galliano ofrecían en la pasarela auténticos espectáculos visuales.

En esta presentación de colecciones de primavera/verano 2021, hemos visto de todo. Sustitución de desfiles por fashion films, como el de la marca Y Project, que ofrecía su nueva colección »How to Wear» en un video dirigido por Vadim Kovriga, donde se le otorga una gran importancia y protagonismo al diseño de las piezas. O el caso de la firma Marine Serre, que presentó su nueva colección en una obra visual dirigida por Sacha Barbbin, y donde se muestran sus nuevas creaciones en sintonía con los valores y la estética de la marca, contemporánea, conceptual y deportiva. Son ejemplos de que no se necesita la producción de un gran evento para conseguir impresionar.

Otras firmas, sin embargo, decidieron mantener el formato clásico de pasarela, pero mediante difusión digital. Fue así el show de Celine, ambientado en una pista de atletismo sin público, donde las modelos lucían las prendas de una colección mucho más fresca y deportiva. Del mismo modo, el equipo de Balmain decidió acudir al medio digital para la difusión de su colección, pero esta vez se representó mediante la sustitución del front row por grandes monitores, donde los invitados asistían de forma online. Caras tan célebres como Anna Wintour o Cindy Crawford formaron parte del nuevo formato de la casa francesa.

Los expertos lo tienen claro: las semanas de la moda seguirán existiendo, aunque existirán de otra manera. El coste económico que suponen se convierte posteriormente en resultados de ventas. Es innegable que es una herramienta imprescindible para las empresas y un potente altavoz de futuras tendencias, pero también está claro que la industria debe evolucionar hacia otros formatos, más viables y sostenibles. El »cómo» siempre será una incógnita para nosotros, pero mirar por el futuro de la industria hace que el objetivo merezca la pena.