Hablamos con la artista Marta Niñerola, sobre cómo su obra une su arte y diseño, sobre el viaje que es el proceso de creación de estas y sobre su último proyecto para Aristocrazy.
MARTA NIÑEROLA, LA UNIÓN ENTRE ARTE Y DISEÑO
– Esta es una pregunta un poco recurrente, pero ¿Cómo te describirías a ti misma como persona y cómo creadora? Para mí ambas cosas van unidas y es muy importante que cualquier proyecto que hagas respire los valores que te forman, siempre pienso en dejar pequeñas huellas que evoquen a toda tu persona. Quizá sea la persistencia, empatía, sensibilidad, la calma visual, la constancia y el entusiasmo lo que mejor defina cómo soy y lo que hago.
– Cuéntanos cómo fue tu experiencia estudiando la carrera de Diseño de Moda en el IED y cómo ha influido en la manera de crear tus obras. Fue algo esencial y crucial. Desde que salí, una de las cosas que más puedo valorar a día de hoy, es el carácter multidisciplinar que tienen los grados. Aunque fuera muy intenso el ritmo de trabajo y la exigencia de entregas, el tener muchas asignaturas vinculadas a las diferentes disciplinas y ver la posibilidad de relacionarlas para enriquecer cualquier trabajo, es algo que en mi forma de ser me marcó. Siempre me he sentido mucho más identificada con una forma de crear global antes que parcial. Allí era muy importante que los proyectos se presentaran y se comunicaran lo mejor posible, algo que conllevaba el uso constante de diferentes medios, tanto analógicos como digitales. Era muy importante que todo lo que hicieras, sobre todo el proyecto final de carrera, tuviera un vínculo hacia tu persona. Aunque venía de Diseño de Moda, en mi caso, recurría y disfrutaba mucho con el artbook o cuaderno de bitácora. Lo descubrí en una asignatura en 3o y gracias a esa herramienta, y sin darme a penas cuenta, empecé a encontrar mi propio lenguaje que posteriormente decidí darle una posibilidad a través de la ilustración. Cuando se estudia diseño de moda parece que solo haya una forma de trabajar, pero puede haber muchas y me sentía más identificada con una vía gráfica, el uso del color, lo textil y la manipulación de la materia. Siempre he pintado desde pequeña, sobre todo recuerdo que necesitaba trabajar con muchos materiales y colores, no recurría tanto al dibujo. Así que gracias a esa formación que recibí y la constancia, conseguí unificar lo que más me gusta que es el Arte y el Diseño. Siempre hago mucho hincapié cuando me preguntan que “cómo están hechas”, explico que soy diseñadora y que esa pieza y estética que te está atrayendo se obtiene gracias a lo que estudié.
– En tu trabajo se puede apreciar una gran importancia del proceso de creación, tratado también como un viaje. ¿Dirías que ese proceso es también parte indispensable de la propia obra, y no solo como a veces se piensa que lo más importante es el resultado final? Totalmente, me encanta esta pregunta. Siempre comparo o me apoyo mucho en el concepto del puzzle para explicar lo que hago, todas las piezas son importantes para entender el trabajo en su totalidad. Tengo mucha obsesión por explicar y que la gente entienda lo que es un proceso y la importancia de ello en un contexto creativo y vital. Durante esta etapa del proceso creativo es donde uno crece, falla y se da cuenta de lo que quiere. Gracias al uso de determinados materiales y acabados, conseguí encontrar una similitud con el propio error que tanto te puede acompañar en cualquier etapa. El poder expresar con materiales de deshecho o roturas, me permiten hacer de la imperfección algo estético, que para mí es totalmente idóneo para comunicar este mensaje. –
-Podrías hablarnos un poco más sobre cómo desarrollas el citado proceso? Respecto a la metodología que sigo, es difícil de establecer de forma teórica, porque cada proyecto requiere una forma de ordenarlo, sobre todo cuando se trata de una empresa. Solo sé que cuando empiezo algo, necesito mi cuaderno de Muji en blanco, mis texturas y mis múltiples técnicas que puede ser rotuladores, acuarelas o témperas entre otros. Sí que es muy importante cuando aparece la figura del cliente, saber el fin que quieren, el por qué de sentirse identificado con mi trabajo y el tiempo, en mi caso es muy importante porque todo comienza siendo a mano y luego la manipulación digital. Es en ambas técnicas donde consigo una armonía visual.
– Parte importante para cualquier creador y diseñador son los referentes. ¿Qué personas o cosas te inspiran y crees que han influido notablemente en tu trabajo? Mis padres y mi abuela paterna son personas muy cruciales en cuanto a cómo empezó todo. Poder dejar huella de lo que te han inculcado o de un recuerdo gracias a la posible asociación de un color por su psicología es algo que me fascina y que va unido a la forma que tengo de pensar. En cuanto a referentes que he ido investigando y conociendo, aunque sea muy difícil contestarte, porque sería muy difícil resumir todo lo que tengo en la cabeza, quizá la figura de Bruno Munari, El Informalismo y la pintura de Posguerra, la escritora Susanna Tamaro, el mundo de la imprenta tradicional y la fotografía analógica o las texturas entre otros. Mi trabajo es totalmente conceptual algo que va unido a mi forma de procesar la información. La gran mayoría de veces, trabajo antes con la palabra o el recuerdo, que con la imagen literal.
-Has trabajado con marcas muy reconocidas como Kenzo, Nike y Aristocrazy. ¿Cómo han surgido estas colaboraciones? ¿Y cómo gestionas el hecho de adaptarte a diferentes marcas y no perder tu esencia ni tu estilo, pero tampoco el estilo de la marca para la que trabajas? Pues todo empezó de la forma más espontánea posible y poco a poco ha ido cogiendo forma a lo largo de estos años. La primera fue con Kenzo y fue gracias a un concurso benéfico que decidí presentarme por la universidad, lo gané, mi trabajo atrajo en un medio de comunicación y Nike me fichó tras ver mi trabajo en ese medio. Tenía 23 años y fue una de las mejores experiencias que he vivido hasta la fecha, fue totalmente un reto y lo que más valoro del equipo de Nike, fue que vieran en mí una posibilidad de materializar una idea de alguien recién salido de la universidad. Recuerdo perfectamente el entusiasmo con el que trabajé. Además a nivel personal, me marcó mucho, ya que me encontraba en pleno periodo de coger experiencia y la única posibilidad que se establece en nuestro país es mediante becas académicas y en la gran mayoría de casos, sin ninguna recompensa económica. Hay mucha precariedad laboral en el sector creativo y genera mucha impotencia cuando empiezas que tengas que trabajar hasta gratis para poder tener un portfolio. Ojalá, algún día se establezca algún tipo de política que por lo menos, respete y entienda que el no tener experiencia no es explotar y aprovecharse de la condición de esa persona, y que el talento de una persona recién salida de la universidad puede ser igual o más válido que el de una con muchos años de experiencia. Respecto a mantener la esencia, siempre trabajo con valores y conceptos que están muy claros para mí, en el momento que veo que esa marca lo puede tener y tiene cavidad en mi universo, es fascinante. Siempre pienso en encontrar un equilibrio entre lo que les puedes aportar y lo que ellos te puede dar.
-Como joven creadora ¿Cómo ves la industria/(panorama) actual y el hecho de intentar hacerte un hueco en ella, ya que en ocasiones suele ser el comienzo lo más complicado? ¿Qué consejo darías a todos aquellos artistas que estén ahora iniciando su carrera? La realidad es muy diferente a lo que se muestra, va muy en concordancia con la hipocresía que se puede apreciar a día de hoy en el mundo de las redes sociales. Es complicado por la competencia que existe, hay un exceso de información en todo, y al igual pasa en el sector creativo. Pero, no por ello, no se debe no hacer lo que uno realmente quiere. Si no muestras lo que haces, nadie se dará cuenta lo que puedes aportar. Una de los aprendizajes que he sacado este año es que la satisfacción que se obtiene por conseguir algo por mérito propio, es una de las mejores cosas que se puede experimentar. Pienso que es esencial, la constancia, la paciencia, la confianza en un mismo, la capacidad de resiliencia y sobre todo, el poder apoyarse en personas o perfiles profesionales a los que se quiera aspirar para poder tener una guía.
– Háblanos un poco más sobre tu último trabajo para Aristocrazy y sobre los diseños que has hecho para su recién estrenada tienda en Sevilla. A principios de septiembre inauguraban una tienda que fue llevada a cabo por el equipo de Lázaro Rosa-Violán y se me propuso el realizar 15 piezas para decorarlo, donde se descontextualizaran sus piezas de joyería y se unificaran con mi universo. (http:// www.lazarorosaviolan.com) Fue un proyecto muy bonito y me hizo mucha ilusión el poder volver a trabajar para ellos, ya que antes del Covid formé parte de su Departamento de Arte, ahí asenté muchos conocimientos que me ayudan ahora mismo muchísimo, y esta anécdota me encanta decirla porque nunca se sabe cuando algo te puede repercutir de forma positiva, y me hizo ver que las cosas no nacen de la nada, que todo suma. Les tengo un cariño inmenso como equipo y les admiro, están haciendo cosas muy diferentes y frescas, como su nuevo piercing truck, un espacio efímero y movible que va recorriendo diferentes ciudades para vivir una experiencia especial entorno al mundo del piercing. Fue la mejor experiencia laboral que tuve en un departamento de creatividad, el equipo es muy humano y tienen una forma de trabajar donde se respeta mucho el trabajo manual, artesanal y analógico, algo que con mi perfil encaja mucho.
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Texto y fotografía: Marina Navarro