Si de verdad queremos un mundo mejor, recordemos esto: el futuro será feminista, porque si no, será lo mismo que el pasado.
FEMNØISE es una agencia especializada en dar visibilidad al trabajo artístico de mujeres, transgénero y personas no binarias en la industria de la música electrónica. Hablamos con Natalia San Juan, fundadora y agente, con EME DJ y con Ariadna Rulló, vocalista de Wölva.

Por haber iniciado su carrera como periodista científica especializada en la industria del salmón, luego seguido como productora ejecutiva de una promotora musical en Chile y finalmente en España formando ØNÍRICA, una agencia de “conectología» en la Industria de la Música; Natalia nos cuenta que siempre se ha movido por ambientes muy machistas. “No es fácil hacer con que te escuchen, te conozcan, que no te consideren una groupie que acompaña a la banda y si una persona capaz de cerrar acuerdos, hablar con el mismo nivel de conocimiento profesional, dirigir equipos de hombres e incluso producir y dirigir eventos internacionales de alto nivel.”.
Pero más o menos fácil, siempre lo ha conseguido; y ahora lo hace no solo por ella pero por muchas otras mujeres, a través de la Agencia FEMNØISE.
Ariadna Rulló, confesa que su vida es una lucha constante, pero que las dificultades no son más que catalizadores para ganar impulso para saltar aun más alto. La cantante y compositora de Wölva, se considera feminista y cree que la igualdad es el hecho de tener las mismas oportunidades y libertades independientemente del género, raza, posición social, origen y un infinito etcétera.
Aplica en su vida estos conceptos y defiende que la revolución empieza en uno mismo.

EME (Marta Fierro), DJ de profesión y de vocación, es una de las más grandes referentes en la música electrónica española, pero nos comenta que su camino no ha sido fácil. El mundo de la música electrónica es mayoritariamente masculino, y ya se ha encontrado de todo… ha tenido que tratar con promotores paternalistas, técnicos de sonido que suponían que no sabía conectar su propio equipo, mujeres y hombres que por no hacerles caso mientras hace su trabajo, le tiran pajitas, le gritan, le piden copas o que les guarde los abrigos. Se ha encontrado porteros que dudaban que ella fuera la DJ invitada de la noche, ya fue la única mujer en festivales con carteles de más de 40 artistas; ha recibido comentarios machistas en las redes sociales, y hasta insultos como oportunista, feminazi, o victimista.. En fin, una lista interminable de situaciones absurdas.
Natalia reconoce que somos un producto de la sociedad, “esclavos de nuestro contexto” y que si salimos un poco de la zona de confort se nos abre la mente y nos damos cuenta de todas las injusticias a las que estamos expuestos. Nos cuenta que era homófoba, de derechas, y que todo discurso reivindicativo lo tachaba de comunista. Pero ahora se considera de izquierda, y lucha diariamente por reivindicar los derechos de mujeres dj’s y productoras, en la machista escena de la música electrónica; pues actualmente en los carteles de los grandes festivales y salas al rededor del mundo sólo un 15,7% son artistas mujeres.
Las tres están de acuerdo que el cambio pasa por la educación y por clarificar los conceptos de igualdad y equidad. Natalia cree que no hay que olvidar que todos somos diferentes, tenemos diferentes capacidades, necesidades y biología. Lo que es necesario es la EQUIDAD, un mecanismo que asegure que TODAS las personas puedan conseguir igualdad de oportunidades, igualdad salarial, respecto , etc.
EME defiende que los derechos son sólo conceptos imaginarios plasmados en un papel oficial, y que no se convierten en realidad hasta que un gobierno los protege, promociona y una sociedad los asume.
La Constitución supuestamente establece la igualdad de hombres y mujeres, pero ese papel existe desde hace 40 años y parece que la cosa no se cumple. La DJ nos cuenta que en España el voto femenino viene de hace 87 años, la ley de divorcio de hace 37 años y la despenalización del aborto de sólo 8; y que si dejamos que las cosas sigan su curso, probablemente nadie con vida hoy llegará a ver el fin de la brecha salarial. Cree que para el fin de la violencia machista, puede incluso que ni este milenio que acabamos de comenzar sea suficiente.
Recuerda lo ridículo que es cuando alguien piensa que una mujer no podía ser abogada, o médico, o que no podía votar, o que debía obediencia y sumisión a su marido. No podemos eludir lo ridículo que suena también que las mujeres tengan un «techo de cristal» que les impide el acceso a puestos de dirección o que se les relegue a los trabajos peor remunerados.
Como referencias, Natalia y Ariadna, nos dicen que creen que es hora de empezar a hacer visibles todas y cada una de las personas que anónimamente y desde la sombra se desviven por romper barreras. EME, refiere grandes nombres del mundo de la música, como The Black Madonna, Ana Tijoux o Tegan and Sara.