Hoy entrevistamos a la artista SOPHIA PEGA.
¿Nos cuentas un poco de ti? A que te dedicas, estudios, trabajo..
Estudié en la escuela de arte y pasé mis años de universidad formándome en diseño de moda. Ahora me dedico profesionalmente a la pintura y al diseño textil: por las mañanas trabajo creando colecciones de estampados junto a un equipo de diseñadores en un estudio y las tardes las dedico a pintar mis proyectos personales y encargos.

-¿En que momento de tu vida decides iniciarte en la pintura?
Como nos pasa a muchos artistas, en ningún momento me planteé empezar a pintar, lo hago impulsivamente desde pequeña. Imagino que parte del amor que le tengo viene por mi madre, también pintora, que acompañó toda mi infancia de juegos que a mí me parecían maravillosos como pintar paisajes en los cristales de ventanas viejas o grabar figuras en las piedras de marés.
– ¿Qué es para ti el arte?
Es la traducción a algo tangible de los impulsos creativos, la plasmación de las ideas que revolotean constantemente en nuestro pecho y cabeza.

-¿Qué tienen tus ilustraciones que hacen diferenciarte del resto?
Ésta es una pregunta complicada porque yo veo mi obra desde dentro y en su totalidad, no por las partes que la acercan o alejan de otros artistas. Mis pinturas, aunque se nutran de infinitas referencias, son totalmente mías.

-¿Como ves a la gente de vuestra generación?
Hablando de los creativos de nuestra generación, creo que tenemos la oportunidad de vivir de lo que nos gusta porque estamos en un momento en el que se premia socialmente seguir un camino propio, pero a la vez vivimos en constante dilema porque hacerlo significa renunciar a la estabilidad y adentrarte en un mar de incertidumbre financiera. España no es un país que de facilidades a los emprendedores y eso lo sabemos todos. Aún así nos considero una generación de valientes.
-¿Qué consejo le darías a un artista que acaba de empezar?
Le diría que busque referentes que le remuevan y que los explote, que se nutra de la emoción que produce ver algo que realmente te gusta y que busque esa chispa a toda costa, incluso si no está directamente relacionada con su obra. Lo que te remueve te motiva y te hace productivo. También le recomendaría que tuviera un lugar donde apuntar estas ideas porque no siempre tenemos tiempo de realizarlas en el momento, ni siempre es el momento. Guardar tus pensamientos e ir releyéndolos y actualizándolos puede hacer que avances sin darte cuenta. Yo tengo una pequeña y preciosa libreta que me trajeron del Victoria&Albert dedicada solo a mis ideas en la que apunto todo lo que me gustaría hacer, no solo qué quiero pintar si no también cosas como cómo podría fotografiar la obra para crear contenido para las redes, qué otras técnicas quiero explorar, posibles series de cuadros, etc.

-¿Otra profesión qué te hubiese gustado tener?
Si hubiera nacido a principios del S.XX me habría gustado ser ilustradora botánica, como Margaret Mee, que realizó varias expediciones al Amazonas para pintar especies de flores desconocidas. Me imagino pintando durante larguísimas horas y con infinita paciencia tallos, pistilos y pétalos sin distracciones tecnológicas.
-¿Dentro del mundo de la ilustración, donde te ves en unos años?
Mi intención es explorar todas las disciplinas en las que la pintura y el interiorismo se entrecruzan, seguir pintando cuadros pero investigar a fondo las artes decorativas. Estoy fuertemente atraída por la idea de aplicar el arte a los objetos que nos rodean día a día, lo que implica profundizar en la cerámica, el diseño textil para mobiliario, la creación de dibujos para el papel de pared, el diseño de alfombras, etc. Visité recientemente una exposición sobre William Morris y el movimiento Arts and Crafts en el museo Juan March de Madrid con la que me sentí fuertemente identificada. La exposición estaba presentada con muchísima sensibilidad: el suelo era de madera, los ambientes eran pequeños y acogedores y las paredes estaban pintadas de colores tierra en harmonía con los estampados de los muebles, los dibujos de los tapices o las piezas de alfarería, como si de una casa se tratara. Paseé por las salas viendo los tapices, los bloques de madera que habían usado para estampar los papeles de pared, los proyectos de interiores pintados con acuarelas… pensando que eso era exactamente lo que quería hacer yo.
– ¿ Si tuvieses qué recomendar a 3 artistas, quiénes serían?
Estoy totalmente enamorada de la obra de Nicolas Party por el imaginario que crea alrededor de sus delicadas y coloridas pinturas a la hora de exponerlas. Creo que es muy inteligente y precioso contextualizar el arte para que puedas absorberlo de forma más natural, como si los estuvieras viendo en una casa o te estuviera contando una historia. Nicolas no solo pinta los cuadros si no que también se preocupa por crear los ambientes que los envuelven, ya sea pintando grandes murales sobre las paredes que los sostienen, diseñando parte del mobiliario que acompañará la exposición o haciendo intervenciones en las estructuras del espacio. Una maravilla.
También tengo una pequeña obsesión por los dibujos y pinturas de Luke Edward Hall y por el espléndido mundo de príncipe de cuento que le rodea.
Y finalmente recomendaría al artista Danny Fox, pero dejo que juzguéis vosotros mismos sus inmensos retratos de la vida.