Tú que eres sensible
Que me cuidas
que me educas.
Tú que me cobijas con tus alas cuando salgo del nido.
Para la gran mayoría siempre en la sombra,
para otros el gran desconocido .
Tú que me das pedacitos de ti
y sin prisa me alcanzas tu mano para seguir el paso de tu camino.
Tú que compartes mi amor, mis caprichos, mis enfados.
Yo no puedo olvidarme de ti, PAPÁ…

Mercedes Montaner