“LaBenito escribe” habla en su perfil de Instagram a miles de seguidores que cada día se nutren de su poesía. Confiesa que padece incontinencia sentiverbal, que prequiere demasiado rápido y desquiere demasiado lento. También sabemos que nació en una isla y que se ha enamorado una vez. Su sensación del tiempo se mide en medias cervezas y no planea a más de cerveza y media. Datos que nos sirven para conocer un poco más a la escritora Patricia Benito, cuyos versos han escalado las listas de Amazon conquistando a miles de lectores.
Con su primer libro, Primero de poeta, nos desvela todos sus errores. Los que a su vez le han servido de cura. Y esos renglones que consumimos nos sirven de autoreflexiones y nos roban una sonrisa. Su poesía es cercana y comprometida, de pensamientos ágiles, inconformista y reflexiva.
Todos somos un poco moscas,
a hostias contra el cristal,
queriendo ver mundo.
Suelo vivir
grandes historias de amor
en taxis, trenes y aviones:
nacen sin querer,
no incluyen promesas
y sabes cuándo acaban.
Con Tu lado en el sofá ha viajado por diferentes rincones de España y ha conocido a lectores muy diferentes. Y aunque este segundo poemario y sus ilustraciones –como LaBenito escribe– suene a despedida, a canción de domingo y paz, a aprender a echar de menos sin dolor, sus pedacitos no hacen más que seguir sumando al talento indiscutible de esta poetisa.
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¿Por qué has elegido la poesía como medio para expresar tus ideas?
Lo cierto es que yo no la elegí, fue al revés. Yo solo fui a un recital por casualidad y ya no he podido salir de ahí. Nunca había escrito ni tenía la necesidad de hacerlo, o eso pensaba yo hasta descubrí cómo me sentía haciéndolo. Siempre he sido una persona muy cerrada, casi incapaz de dedicarle tiempo a todo lo que tenía dentro. Prefería distraerme con cualquier cosa y mirar hacia otro lado que pararme a deshacer los nudos que se me habían formado. Qué suerte de aquel recital de lunes.
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Tus poemas son directos, hablan de lo cotidiano, ¿parte de tu público es quizás esa nueva generación de lectores que se sienten identificados con tus historias?Yo diría que la clave de que a mis libros les estén pasando cosas tan bonitas es esa, que la gente se siente reflejada en lo que lee y empatiza mucho con lo que cuento en mis textos. Muchas veces descubren cosas que sienten y que no eran capaces de reconocer hasta que las leen o, simplemente, no sabían cómo expresarlas. Muchas personas me hablan como si me conociera de toda la vida, es algo que me sorprende muchísimo todavía, pero que llego a entender porque en realidad saben de mí más de lo que creo.
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Hoy encontramos versos en el metro, en las calles, en Instagram… espacios que forman parte de nuestras vidas y que dan voz a muchos escritores ¿Podemos decir que somos mejores consumidores de poesía?No sé si se pueden clasificar en mejores o peores, pero está claro que ahora se consume de otra manera. Por un lado, las redes sociales han creado un escaparate muy amplio en el que encuentras mil posibilidades de textos, ilustraciones y arte en general que te hace removerte y que te permite compartirla. También creo que hemos perdido un poco el miedo a expresarnos, ya no vemos expresar lo que sentimos como una debilidad y ahí hemos ganado muchos poderes.
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Un frase de cierre para los lectores de Kluid Magazine.
Las ganas de cambiar el mundo se contagian.
Hace un par de cambios de vida
descubrí que estar donde quieres
es mucho más divertido
que estar donde no quieres,
que decir lo que sientes
es bastante más placentero
que no hacerlo,
y que abrazar cuando te apetece
es infinitamente más bonito
que cuando te obligan.