
Linnéa Johansson es ilustradora de un arte sincero, afilado y conmovedor. Junto a Juanito Makandé, publicó “El aire que suspira entre las flores”, un libro de poemas, textos, letras y haikus del cantante que la artista sueca enriqueció con su particular lenguaje de líneas, formas y colores. Porque Johansson también tiene mucho que decir y ese torrente se extiende en Instagram, donde publica sus tiras de cómic y “selfies del alma”. O en un libro de imágenes para colorear, para que los niños conozcan otra faceta de sus superhéroes y los adultos nos planteemos los estereotipos machistas en los que seguimos regodeándonos sin pensar en su significado. Hablamos con la artista sobre su proceso creativo con el que, con cada ilustración y viñeta, sale a cazar fantasmas.
¿Piensas mucho en lo que vas a crear o prefieres que tus ilustraciones y trabajos sean algo más espontáneo?
La creatividad es cíclica para mí y me viene por rachas. De repente, se activa algo en la cabeza y las ideas fluyen de una forma intuitiva y me puedo encerrar una semana, sin hablar con nadie. Solo dibujo y pinto. Entonces me llegan las ideas espontáneamente, sin esfuerzo. Pero luego se acaba la racha y me quedo completamente vacía y por mucho que intento crear no puedo. Es bastante agotador. Y de repente, vuelve a llegar la inspiración en cuanto menos me lo espero. Un lunes a las tres de la mañana, por ejemplo. Cuando llega, yo la sigo, por muy cabrona que sea.
El libro de ilustraciones para colorear Super Soft Heroes pasó algo más desapercibido en España que en otros países de Europa o en Estados Unidos, pero aun así me parece que merece la pena rescatarlo, ¿cuál era tú propósito con él?
Mi propósito era darle una alternativa a los niños. Porque reciben una imagen muy limitada del estereotipo de hombres activos y siempre fuertes, por un lado, y mujeres pasivas y siempre guapas, por otro lado. No es muy diferente a Instagram, ahora que lo pienso. Pero la infancia es sagrada. Déjalos ser libres por lo menos algunos años, ¿no? Así que hice diez imágenes para colorear de superhéroes haciendo cosas cotidianas y diez imágenes de princesas rebeldes. Se pueden descargar gratis para que todos los niños puedan imprimirlos y colorearlos. Además, he tenido muchas discusiones interesantes con niños a raíz de ese proyecto.
¿Cómo surgían esas escenas cotidianas para que fueran “comprensibles” para niños?
Por ejemplo, Batman bailando con su bebé o Spiderman abrazando a su hija, enseñando un lado tierno y cariñoso de los super-héroes. A los niños les encanta ver eso porque las imágenes son su primer idioma y por eso tienen mucho valor para ellos. Es como la fundación de sus valores. Por eso, nosotros, los adultos, tenemos una gran responsabilidad en servirles comida que les nutre el alma.
Con tus ilustraciones, tienes mucho de contadora de historias también ¿Prefieres construirlas en varias ilustraciones o captarla en una sola imagen? ¿Encuentras alguna diferencia?
Vengo del mundo de los cómics, siempre me ha encantado combinar imagen y palabra, creo que se complementan como el ketchup y la mayonesa. Intento limitar el espacio y muchas veces pienso: «¿cuantos elementos puedo eliminar sin que afecte el mensaje?» Así que ahora prefiero una sola imagen. También es más difícil, pero es buen ejercicio para afilar las ideas. Pero intento no quedarme mucho tiempo en un formato o una técnica para seguir aprendiendo.
Instagram, Facebook están siendo herramientas para difundir tu trabajo. Cuando comencé a bucear un poco en tu trabajo, me sorprendió muchísimo: entre tanta imagen superficial y que busca solo la estética, tus ilustraciones son como un arañazo conmovedor. No es habitual, por ejemplo, hablar hoy en día de la soledad tan abiertamente. En un momento en el que parece que no se puede hablar de la tristeza o las inseguridades, ¿sirve la ilustración para abrazar nuestros fantasmas?
Estamos viviendo una revolución digital y las redes sociales son herramientas increíbles, pero también veo que están haciendo muchísimo daño. Es como una mentira colectiva, cada uno se ha creado su alter-ego perfecto y lo va comparando con los alter-egos perfectos de los demás. Pero a mí me aburre mucho, es como entrar en un mundo chungo imitando publicidades de perfumes de la tele. Entonces intento que mi alter-ego, por lo menos, tenga sus defectos, su soledad y su sentido del humor oscuro. Que no haya tanta distancia entre lo que enseño y lo que soy. Descubrí en el proceso que, si hablo de mi soledad abiertamente, le estoy quitando la soledad a otra persona porque se siente identificada y así nos ayudamos en vez de hacernos daño. Las ilustraciones son diálogos con mi interior y me sirven para localizar los fantasmas y conocerlos. Porque al final nuestros fantasmas son los que nos dan el contraste.
¿De dónde surgen las historias con la etiqueta #soulfie que publicas en Instagram?
Personas anónimas me confiesan sus secretos, sus miedos, sus sueños, sus inseguridades… lo que yo llamo fantasmas. Y yo los transformo en un “soulfie”, que es un selfie del alma. A veces duelen o son un poco brutales, pero así es la vida. Es mi pequeña revolución de resistencia, intento equilibrar tanta superficialidad quitándole los filtros. Para que entre un poco de luz.
Precisamente, con la soledad, hay una ilustración en la que explicas las diferencia entre dos palabras en sueco que distinguen la soledad elegida de la impuesta, ¿hablar muchos idiomas crees que te ha ayudado a ver más claro algunas cosas y a darte cuenta de los matices, para luego poder plasmarlos en el idioma universal del dibujo?
Sí, porque cuantos más idiomas hablas, más vínculos y perspectivas tienes. Es como si cada idioma tiene su propia paleta de colores y eso lo aprovecho a la hora de crear.
Y para acabar, en Kluid es una revista en la que hablamos de música, moda, gastronomía y de ilustración, ¿nos recomendarías uno de cada?
Voy a recomendar «El habitante de la tarde roja», el nuevo disco de Juanito Makandé, que va salir en breve. Me encantan todas las canciones y ese hombre es mi muso.
No entiendo mucho de la moda, la verdad. No sé nada de marcas ni nada de eso. Me gusta gente con clase y estilo, pero no creo que sea uno de ellas…
A mí me gusta la gastronomía mediterránea, pero no entiendo las croquetas: comida triturada y frita, me parece muy raro… Y la gastronomía japo-peruana me flipa.
De ilustración tengo muchos favoritos en Instagram, por ejemplo, todo lo que hace @carmengomezilustracion




Por Sofía Soler (@sofialemoine)