La mañana del 27 de junio de 1969 Miss Major Griffin-Gracy preparaba su primer café, seguramente nada le hacía presagiar que aquella madrugada ella misma junto a otras compañeras transexuales, draqueens, lesbianas, gays, etc. no solo pasarían a la historia, sino que la cambiarían para siempre.
La revolución será sexual o no será, Stonewall 1969
-Especial Orgullo-

Soy lesbiana, Semana del Orgullo Gay
Adelaida, 1973
Impresión digital tipo C en Kodak Endura Matte
© Archivos de Lesbianas y Gays de Australia
Quizás esta mañana de junio de 2020 en mitad de una pandemia mundial y sin poder salir a la calle a celebrar por todo lo alto nuestro querido Orgullo, quizás sea un buen momento para reflexionar y recordar a aquellxs que, con su valentía, su amor y sed de libertad, hicieron de la diversidad sexual un Orgullo y nunca más una vergüenza o algo que hacer invisible.
Hasta 2003 en EEUU no era legales en todos sus estados las relaciones homosexuales. En España la ley dejó de perseguir a los homosexuales 1978, pero en 2020 solo cuatro comunidades autónomas prohíben expresamente las terapias de conversión. En 1990 la OMS dejó de considerar la homosexualidad una enfermedad mental. La transexualidad dejó de serlo en 2018, pero a día de hoy en la “disforia de género” es considerado un desorden mental.
¿Por qué la diversidad sexual molesta tanto? ¿De qué tienen miedo?
El Stonewall Inn era uno de los bares enmarcados en una de las dos manzanas del Village de Nueva York donde la comunidad LGTBQI respiraba por un ratito libre, al son de música, bailes, encuentros y conversaciones con aquellos como ellos se habían acostumbrado a vivir dentro de un armario. Un lugar en que el amor que no se podía demostrar en la calle, brotaba sin miedo.
Sin embargo, las redadas policiales incluso en este pequeño perímetro, eran constantes para “limpiar” las calles de aquella gente indeseable con conductas indecorosas fuera de la ley. Aquella madrugada de luna llena y calor del 28 de junio 1969 parecía que no iba a ser distinta a las demás. Unos pocos policías se dirigieron como de costumbre a cerrar los bares del Village y hacer su particular limpieza. Acostumbrados a su presencia y los desalojos constantes, parecía que los usuarios del Stonewall aceptarían su dosis de represión diaria, pero no, aquel día iba a ser el principio de algo que no se podría parar.
Al empezar a desalojar el Stonewall y salir a la calle, la policía se encontró algo que no esperaba. Cientos de personas, cuyo número no paraba de multiplicarse, clamando contra la injusticia de lo que se estaba produciendo, de lo que se producía todos los días por el hecho de ser distintos. Gays, lesbianas, draqueens, etc.… sin importar su color o de dónde venían, se unieron para decir alto y claro, que nadie tiene derecho a decirnos a quién amar o quienes debemos ser.
La revuelta de Stonewall fue sin duda, la semilla de una voz que ya no nunca más podrán callar. La voz de un colectivo, de personas que por el mero hecho de no hacer y sentir lo que se supone como “normal o natural” fueron (y son) perseguidas, encarceladas, vejadas, asesinadas, repudiadas por sus familias…y un largo etcétera de actitudes que duelen, y mucho.
El Orgullo más allá de ser un fiestón, es una manifestación en la que revindicamos nuestro derecho como seres humanos a amar, a desear, a expresar nuestra identidad, a ser libres. Es un homenaje a toda esa gente que ha luchado y lucha, por nuestro derecho al respeto, a la igualdad, a ser nostrxs mismxs.
Feliz Orgullo 2020
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